sábado, 2 de enero de 2010

2010; año aciago

No es mi intento amargar la vida a nadie pero los ecuatorianos, en particular, y los ciudadanos del mundo, en general, debemos prepararnos para lo que creo se nos viene encima.
Al decir el Presidente Barak Obama, en discurso pronunciado en el acto de recepción del Premio Nóbel de la Paz, que las guerras pueden ser justas, advirtió al mundo, que la política de reconstrucción del predominio norteamericano o su ocaso, no sería pacífico. Estados Unidos enfrenta, y sus elites lo saben, un callejón de difícil salida. Su producción se reduce día a día y su déficit comercial muestra las enormes dificultades para competir a nivel mundial. La excepción es su industria bélica. La única industria utilizable para asegurar la obtención de recursos (agua, gas, metales, petróleo) que la satisfacción del modo de vida americano exige. Irak es su modelo de intervención; sustitución del mercado por las guerras y obtención de beneficios por ellas y por formar Estados fallidos; Al Qaeda es el comodín del complejo militar industrial y financiero que “justifica” la política de intervención. Al pueblo norteamericano se le dará opio, marihuana, cocaína, y otras drogas, para mantenerlo apartado de la política y anular cualquier posibilidad de reacción. No es un hecho casual que la CNN, y otras multinacionales de la información, jamás informan que hayan descubierto producción y distribución de drogas en el territorio nacional del Estados Unidos; sólo se descubre aquí en Ecuador y, ahora, en Venezuela.
El pueblo norteamericano, él mas golpeado por la actual crisis productiva, comercial, financiera-bancario no reacciona. ¿Han visto Uds. algún reclamo reciente contra la política inaugurada luego del autogolpe del 9-11?
Habiendo perdido la capacidad de competir por la vía productiva las élites norteamericanas preparan su artero golpe contra UNASUR, y en especial contra Venezuela, Bolivia y Ecuador, especialmente los 2 primeros que no siguen a pie juntillas el libreto impuesto por aquella y por Uribe. Nuestro país no se salva como escenario de guerra pese a la irrestricta subordinación de la Revolución Ciudadana al Plan Colombia. Los hechos cuentan. El reciente asesinato de un gobernador colombiano, y este lunes, los noticieros nos permitieron conocer la denuncia de las FARC, de que los paramilitares colombianos ya están en suelo ecuatoriano para proceder a derrocar a la nueva representación política constituida en nuestro país. La inmersión del Ecuador en el Plan Colombia lo define como Estado fallido, pese a los esfuerzos de su nueva representación política. Con siete bases en Colombia, en Honduras, en Panamá y Curazao, mas la resucitada cuarta flota en el mar Caribe, Estados Unidos tiene a su alcance las Cuencas del Orinoco, del Amazonas y del Guayas con sus inmensas riquezas petroleras y gasíferas.
Eso, si lo permitimos……..
No olvidemos la lección histórica que nos legó el pueblo vietnamita, con palos y clavos oxidados, inteligencia, tesón y organización de las masas populares, venció a la primera potencia mundial, no olvidemos Bahía de Cochinos, en la que el pueblo cubano, comandado por Fidel, mantuvo la autonomía y vigencia de su revolución.
Este editorialista, está seguro de una victoria final; sin embargo, aún después de ella, nos queda otra gigantesca batalla: preservar la vida de todas las especies vegetales y animales, si queremos que la especie humana sobreviva. En Copenhague fracasaron los dirigentes mundiales (¿quién los eligió?) Obama, Merkel y Sarkozy. Si ellos no pueden hacer nada, nosotros, los pueblos del mundo, debemos reorganizarnos, para extinguir toda obsesión por el crecimiento ilimitado, en un mundo finito, ello expresa demencia, con el objetivo de lograr que la función del dinero como capital, deje de ser el principal objetivo de la organización social y productiva del Homo Sapiens.

Nelson Dávila Acosta
Editorialista de Radio Tropicana, Guayaquil, Ecuador
Publicado en la página web: www.perfileconomicomundial.com