En la historia económica capitalista, reconocemos aquel momento en que el capital industrial se fusiona con el capital bancario y como resultado veremos el nacimiento del capital financiero.
El capital industrial, se halla directamente involucrado con la producción, mecanizada por supuesto, al tiempo que el capital bancario financia todo proyecto productivo que se proponga a los bancos, así fue desde 1700, año en que se fundó el primer banco capitalista de la historia.
Después de la crisis de 1929 – 1936, que se inició en USA y que terminara siendo mundial, el mundo arribó finalmente a la conferencia de Bretton Woods, la que impuso reglas globales de juego, para todos, surgió la ONU, la Unesco, la FAO, el Banco Mundial, el FMI y otras instituciones que habrían de regular los distintos ámbitos del desarrollo capitalista, el cual, contenía ya un nuevo germen de autodestrucción: el mayor accionista en todas estas nuevas sociedades anónimas, siempre era EE.UU. y el cual además, fue el primer y más grande corruptor de las nuevas reglas de juego.
¿Cómo se explica? Que los presidentes de las organizaciones culturales pudiesen representar a las más diversas nacionalidades aunque sometidos a los intereses norteamericanos, mientras que los hombres que representan aun hoy al FMI, siempre son de EE.UU. y durante mucho tiempo, el hombre que representó al BM, fue germano, desde hace pocos años, ese hombre es francés. Y miembros de estas dos instituciones somos todos.
Después de la aventura yanqui en Corea y Vietnam y una cantidad grande de golpes de estado en nuestra América, amen de mantener miles de hombre improductivos y armados por todo el planeta, la burbuja del sueño americano, explotó, pues, es imposible sostener semejante tren de gastos, además, muchas empresas de USA, se dispersaron por el mundo buscando salarios más bajos y leyes nacionales violables, sobretodo en el tercer mundo, creando así, un enorme desempleo entre sus compatriotas, “el capital, no tiene patria” diría Carlos Marx.
Quizás Hasta el mandato de Clinton, el pueblo americano, conoció héroes y dignidad, después, advino G. Bush, el auto ataque a las torres gemelas, los cobardes ataques a Irak, Afganistán y Paquistán y hoy sus soldados son mercenarios y asesinos de civiles. La dignidad pasó a la historia.
Subrepticiamente, USA, comenzó a imprimir y entregar billetes sin respaldo alguno, para recibir materia prima y bienes finales, de todos los confines de la tierra. Saddam Hussein, protestó y lo mataron. Adivinen quién fue el asesino?
Una educación de cada vez peor calidad, una religión entregada a la causa del capital, unos medios de comunicación serviles, lograron dominar a la conciencia social de todo el mundo, fue entonces, cuando los americanos lanzaron su penúltima estrategia: echar abajo toda regla que impida al capital financiero dominar a todos los seres humanos, así, fue posible las hipotecas basura, la venta de bonos subprime, y la mayor emisión de papel moneda, sin ningún rubor en el rostro de Ben Bernanke, o peor aún, en el rostro del presidente Obama. La última estrategia americana es la invasión a América Latina, por su agua, por su petróleo, por su gas, por sus minerales, ¿nosotros? No importamos.
En los textos de educación primaria del Estado de Texas, se dice: “los grandes ríos sudamericanos, están cuidados por salvajes”. Así nos ven, así nos tratan. ¿Cuándo nos organizamos como continente para exigir respeto?
Es urgente eliminar al capital financiero, debe volver a sus orígenes: al capital bancario, que debe ser estatizado y regulado duramente. Igual que acaba de hacer Hugo Chávez en Venezuela y solicitado por el premier inglés, aunque no aprobado, por el respectivo parlamento.
El capital industrial, se halla directamente involucrado con la producción, mecanizada por supuesto, al tiempo que el capital bancario financia todo proyecto productivo que se proponga a los bancos, así fue desde 1700, año en que se fundó el primer banco capitalista de la historia.
Después de la crisis de 1929 – 1936, que se inició en USA y que terminara siendo mundial, el mundo arribó finalmente a la conferencia de Bretton Woods, la que impuso reglas globales de juego, para todos, surgió la ONU, la Unesco, la FAO, el Banco Mundial, el FMI y otras instituciones que habrían de regular los distintos ámbitos del desarrollo capitalista, el cual, contenía ya un nuevo germen de autodestrucción: el mayor accionista en todas estas nuevas sociedades anónimas, siempre era EE.UU. y el cual además, fue el primer y más grande corruptor de las nuevas reglas de juego.
¿Cómo se explica? Que los presidentes de las organizaciones culturales pudiesen representar a las más diversas nacionalidades aunque sometidos a los intereses norteamericanos, mientras que los hombres que representan aun hoy al FMI, siempre son de EE.UU. y durante mucho tiempo, el hombre que representó al BM, fue germano, desde hace pocos años, ese hombre es francés. Y miembros de estas dos instituciones somos todos.
Después de la aventura yanqui en Corea y Vietnam y una cantidad grande de golpes de estado en nuestra América, amen de mantener miles de hombre improductivos y armados por todo el planeta, la burbuja del sueño americano, explotó, pues, es imposible sostener semejante tren de gastos, además, muchas empresas de USA, se dispersaron por el mundo buscando salarios más bajos y leyes nacionales violables, sobretodo en el tercer mundo, creando así, un enorme desempleo entre sus compatriotas, “el capital, no tiene patria” diría Carlos Marx.
Quizás Hasta el mandato de Clinton, el pueblo americano, conoció héroes y dignidad, después, advino G. Bush, el auto ataque a las torres gemelas, los cobardes ataques a Irak, Afganistán y Paquistán y hoy sus soldados son mercenarios y asesinos de civiles. La dignidad pasó a la historia.
Subrepticiamente, USA, comenzó a imprimir y entregar billetes sin respaldo alguno, para recibir materia prima y bienes finales, de todos los confines de la tierra. Saddam Hussein, protestó y lo mataron. Adivinen quién fue el asesino?
Una educación de cada vez peor calidad, una religión entregada a la causa del capital, unos medios de comunicación serviles, lograron dominar a la conciencia social de todo el mundo, fue entonces, cuando los americanos lanzaron su penúltima estrategia: echar abajo toda regla que impida al capital financiero dominar a todos los seres humanos, así, fue posible las hipotecas basura, la venta de bonos subprime, y la mayor emisión de papel moneda, sin ningún rubor en el rostro de Ben Bernanke, o peor aún, en el rostro del presidente Obama. La última estrategia americana es la invasión a América Latina, por su agua, por su petróleo, por su gas, por sus minerales, ¿nosotros? No importamos.
En los textos de educación primaria del Estado de Texas, se dice: “los grandes ríos sudamericanos, están cuidados por salvajes”. Así nos ven, así nos tratan. ¿Cuándo nos organizamos como continente para exigir respeto?
Es urgente eliminar al capital financiero, debe volver a sus orígenes: al capital bancario, que debe ser estatizado y regulado duramente. Igual que acaba de hacer Hugo Chávez en Venezuela y solicitado por el premier inglés, aunque no aprobado, por el respectivo parlamento.
Leido en Radio Tropicana el 12/12/09
Nelson Dávila