La fe no se discute, es un aserto común.
Pero, como?, para que? Y quienes construyen una fe?, creer es un acto puramente humano, desde que existimos sobre la faz de la tierra, creemos, intentando siempre responder antiguas inquietudes: ¿de donde venimos, quienes somos, hacia donde vamos?. Las respuestas, las construyó cada pueblo de acuerdo a sus experiencias a sus capacidades. Hace 7000 años, los dioses eran montañas, árboles, animales, hace 3000 años, los dioses eran figuras mezcladas de hombres y animales, hace 2000 años los dioses del olimpo griego tenían figura y propiedades humanas, pero además estaban jerarquizados. Los dioses romanos eran copia de los griegos, pero con otro nombre.
¿Dónde están Baco, el dios del placer, Odín, el dios germano de la guerra, Marte, el dios romano de la guerra, Osiris, la diosa egipcia del amor. Nuestros antepasados crearon diversas gamas de dioses, los cambios en la generación de conocimientos, eliminó a todos aquellas deidades. El dios actual, es una invención del pueblo judío, es invisible, intangible, insensible, inaudible, etc. ¿Qué tenemos nosotros los indios, cholos, mulatos y negros sudamericanos que ver con el dios de los judíos?, recordemos que los españoles de la conquista llegaron con la espada en una mano y la cruz en la otra mano, recordemos que aquellos españoles eran zafios ignorantes, analfabetos y delincuentes la mayoría.
Instaurada la iglesia en nuestras tierras, pronto será el mayor poder económico y político de nuestros países, la educación y la cultura quedará casi por entero en sus manos.
La lucha por la independencia de 1809, fue liderada por el Obispo de Quito, y mas de la mitad de los insurrectos eran curas amenazados, por las autoridades eclesiásticas de entonces, ¿independencia? Si, de la sección ecuatoriana de la iglesia, respecto de la española, para no pagarle tributos, aunque si mantendrían el pago a la matriz romana.
Las tierras, los indios y la producción toda, eran propiedad de la Iglesia
La ley de las manos muertas, dictada por Alfaro, determinó que la orden jesuita poseía las haciendas mas grandes del país, igual otras ordenes religiosas, el poder religioso era absoluto, Alfaro separó a la iglesia del Estado, expropió sus propiedades e inmediatamente fue arrastrado por las calles empedradas de Quito.
Para 1920, la iglesia volvió por sus fueros, la enseñanza recayó en sus manos, con un dios hacedor de todas las cosas, y la curiosidad conceptualizada como un pecado, el hombre ecuatoriano no investiga, no piensa, no resuelve. El país se ha quedado.
Al decir de Jorge Núñez, historiador quiteño, en editorial suyo del 6/8/08 en diario el telégrafo: la reconquista del Estado, por parte del clero, tiene como objetivo el acceso a los recursos del Estado y al dinero, recordemos escribía Núñez “ los gastos reservados de Alberto Dahik, destinados casi todos a congregaciones religiosas, la quiebra bancaria que afectó al hermano de un obispo, el caso filan banco en que estuviera enjuiciado el obispo Eguiguren, secretario de la conferencia episcopal, el caso del cura Flores, nombrado gerente de aduanas por pedido del arzobispo González al presidente Noboa. Hoy, el obispo Mario Ruiz, dice que recabó y multiplicó fondos de católicos europeos, lo que no dice es que esa multiplicación no fue milagrosa, sino que provino de fondos públicos, especulando con bonos de la deuda externa ecuatoriana.
No olvidemos el masivo pecado actual de la pedofilia, y el pecado del homosexualismo cometidos por los mismos hombres de la iglesia.
Pero ya llegaron los cuatro jinetes del Apocalipsis para la iglesia: Internet, TV cable, la educación de nuevo tipo y la competencia religiosa: en días recientes aterrizó por aquí un dios asiático: Buda
Es urgente hoy independizarse definitivamente de
Editorial leído en Radio Tropicana de Guayaquil, el martes 17 de febrero, 2009.
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